martes, 15 de noviembre de 2011

Dinámicas socio-futboleras (y por alguna razón, sexuales)



Mierda.


Ver el amistoso Alemania-Holanda, debo decir que fue una de las experiencias más deprimentes y frustrantes que esa caja de 17 X 23 (o algo así) pulgadas me ha hecho presenciar desde esa vez en que los de The Nanny decidieron viajar a las Bahamas, y descubrí que la fórmula usual del programa de que la ropa de Fran Drescher era siempre considerablemente más diminuta a la de las demás personas de la vida real, trasgrediendo toda la lógica era inversamente proporcional cuando la situación se trasladaba a la playa, donde de hecho usaba atuendos más ñoños que en la ciudad.



Fue en ese punto en el que perdí la fé en el realismo crudo que hasta entonces había hallado en ese show, que, de hecho, hasta antes de ese episodio catalogaba como un documental.


Claro que caer en un amistoso, sobre todo cuando se está ya clasificado para la próxima gran cita futbolística, no puede compararse a caer en la semifinal o final de un Mundial... simplemente que lo que ví hoy me provocó algo nuevo y distinto: frustración seguida por depresión, seguida por desinterés, seguido por resignación, seguida por mero aburrimiento, seguido por conmiseración, seguida por alivio de que ese triste espectáculo tortuoso haya llegado a su fin (si no hubiera sido por ese alivio, lo que me seguía, según Yoda... era el Dark Side).

Si hubiera visto el partido acompañado de una familia de pirañas amazónicas almorzándose mis intestinos lentamente, mientras cantaban como muppets la rola de "Barbra Streisand", en lugar de degustando una exquisita lasaña de berenjenas como fue el caso, lo único que hubiese desafiado más aún mi umbral de dolor habría sido la canción. Esa mierda es horrenda.


"Barbra Streisand.. uuuuuuuu"



He vivido partidos como el de hoy en carne propia, jugándolos a nivel chamusquero y también a nivel... chamusquero pero con árbitros y uniformes. Es como si uno estuviera consciente de que si, por algún inédito olvido arbitral en el caso de las chamuscas de campeonato, de los que tocan el timbre en el colegio en el caso de las chamuscas colegiales, o por esa costumbre de echar verga hasta que ya no se mira la pelota (o hasta que las mamás salen a gritar que uno se entre), en el caso de las chamuscas del barrio, y el partido se extendiera a longitudes temporales casi absurdas, de todas formas, en ausencia de un Deus ex machina que revolviera el universo para girar la situación a nuestro favor como en algunas malas licas y otras no tan malas, uno sería incapaz de doblegar al rival por mucho que lo intente.



Vamos a googlear "Deus Ex Machina" en imágenes... un robot deahuevo, un dibujo dark de un Jesús descuartizado, más robots deahuevo, una interesante composición artística compleja, motos, la portada de un disco de metal, más motos, más robots... !Puta!


Ciertos partidos caen en una dinámica especial en el que a un equipo le sale todo bien y al otro todo terriblemente mal. A cada intento de ataque oranje, pocas veces bien orquestado, especialmente cuando a cuentagotas se enchufaba Sneijder y lograba combinarse con Kuyt o Van der Wiel (el más rescatable y peligroso a mi gusto), pero que culminaba generalmente con un rechazo cómodo de los centrales o en las manos de Neuer a lo sumo, lo que seguía era una respuesta punzante y de practicidad que rozaba lo sublime por parte de los teutones (como diría Pedro Saúl), con Ozil, Muller o un finísimo Klose, que culminaba en casi gol. Fuck, entendí totalmente el ingreso de Nigel De Jong por Strootman, esa mierda estaba finiquitada... no hacía falta ser profeta para darse cuenta que lo mejor era reagruparse, cuidar la pelota y conformarse con hace entrar a los más chavos para que fueran tomando experiencia en un escenario y frente a un rival deluxe.


O simplemente para que demostraran que las rastas no se acabaron con Davids.


España sudó para empatarle a Costa Rica en condiciones climáticas y de terreno desfavorables para ambos. Al final Del Bosque supo hacer los cambios, metiéndolo a Silva (para mí uno de los volantes creativos más en forma hoy por hoy) y lograron revertir un 0-2 sorprendente. Nunca entendí a qué jugaron los ticos los últimos 25 minutos, es decir, los amistosos son para los equipos lo que las interacciones sociales con prostitutas son para los hombres inexpertos: situaciones ideales para experimentar estrategias, hacer jugar las piezas no habituales, observar cómo reacciona el rival, pero además, ser más ofensivo que de costumbre. Claro que pedirle a Costa Rica que no se pusiera nervioso, que manejara el partido y que fuera ofensivo ante el Campeón del Mundo, vendría siendo como pedirle a un sobreprotegido y extremadamente tímido hijo adolescente del Pastor de la más radical iglesia Pentecostal de alguna aldea, que tomara la iniciativa frente a la prostituta de Total Recall. Pero entonces ¿Por qué el morongasal de cambios inexperimentados si lo que se quiere es aguantar los goles, obtenidos tras un más que notable primer tiempo, para dejar eufórica a la afición?


Training Day.


Haciendo un cambio de juego a lo Rafa Márquez al pecho de Ronaldinho, me muero por ver el Milan-Barca de la próxima semana, especialmente ver a Ibra trasladar esa supuesta sed de revancha en goles, asistencias y lucha... pero sobre todo en goles. Todo ese asunto de su libro donde además de otras polémicas, como la vez en que se caldearon las cosas con Oguchi Onyewu en un entrenamiento y se tornaron UFC style (en sus propias palabras:
"ese animal americano tan gordo como yo" se fueron al suelo y lo golpeó en las costillas), virtualmente descarga mierda sobre Pep y sus pupilos (alumnos de escuelita según el sueco) suena a guión de la WWE. Todo el rollo gira en torno al fanatismo, como lo describe más o menos Seinfeld en la rutina de algún episodio, en realidad la gente va, se reúne, grita, vocifera, adora y se desvive por, literalmente, una camisola, y cuando alguno de los jugadores venerados se cambia de camisola, entonces, aunque sea exactamente el mismo fuckin ser humano... ahora resulta una mierda.



Ibra en cambio, no ama a ninguna camisola, no, al parecer solo se ama a sí mismo y es feliz en donde sea que lo dejen expresar el amor hacia su ego y le acomoden el entorno para intentar demostrarse el más hijo de puta de todos futbolísticamente hablando. Y está bien, es un cínico, a mí en lo personal me encantan los cínicos, no hay medias tintas con ellos, no maquillan las mierdas con disque-moralidades, romanticismos o corrección política.

Por un lado nadie, exceptuando sus víctimas del banquillo como Ibra, Bojan o Yayá Touré podría estar en desacuerdo con Pep, el hombre ha formado una fuckin leyenda futbolística colectiva con este Barcelona, y también una individual con Messi, no solo por los títulos sino por la forma de lograrlos. Sin embargo, simpatizo con Zlatan, y no necesariamente porque hoy sea el lider de un nuevo Milan, sino porque hay algo en mi ADN que se niega a hacer porras, cierta esencia agitadora que clama por caos y que por tanto se hartó de alabar al Barca en la cúspide. Hoy le sonrío a sus escasos detractores. Las dinastías simplemente me aburren. Y pues, puta, estamos hablando de un fuckin juego, no es como si fuera la existencia humana la que está en riesgo.


¿O sí?

Es más, en esta Champions League además de bancar al diavolo rossoneri, me sentaré frente al televisor y esperaré con ansias por la destrucción futbolística de este Barca, por su aniquilación, porque termine hecho trizas, porque no quede rastro de su futbol. Será la tercera vez que me siente frente a una tv con los sentimientos anteriormente descritos y ansíe tanto que un evento milagroso haga desaparecer algo, antes sentí esta animosidad hacia la organización de Marlo Stanfield mientras veía The Wire, y mucho antes, hacia los shorts de Bibi Gaytán mientras veía Dos Mujeres un Camino.


Si hubiera aprendido eso de la Ley de Atracción de "The Secret" cuando tenía 13 años, esos shorts se habrían pulverizado justo en frente de los telespectadores... claro, si esa mierda de ley funcionara.


Algunos dirán que lo de Ibra está mal, que revelar en su biografía haberle dicho a Pep que "no tenía cojones", que con Mou "se cagó encima" o haberle "hecho ver" que a él lo estaba manejando "como un Fiat" cuando "evidentemente es un Ferrari" son solo rasgos de resentimiento por no haber funcionado en el mejor equipo de Europa, principalmente debido a su falta de humildad. Por mi parte creo que él no estaba hecho para el equipo blaugrana, y el Barca tampoco podía ofrecerle el protagonismo que hoy tiene en el Milan, respecto al enorme ego y desmesura del sueco, veamos... puta, él vive en un mundo (así como nosotros !dah!) donde por jugar fúbol gana en un mes la misma cantidad de billete que gremios completos de países pobres deben ganar en el mismo lapso de tiempo, donde cientos llevan una camisola con su nombre, donde él puede ser uno de las tres personas en Italia con un Ferrari Enzo, y donde, precisamente su libro, en su país se vende mejor que Harry Potter ¿Cómo putas se puede exigir humildad sincera a alguien en estas condiciones? A lo sumo podemos esperar discursos mecanizados de supuesta modestia y mesura, que es lo que siempre oímos.


"Xavi: el Real Fontaviznarrodina C.F. es una mierda de equipo. Me esfuerzo más digiriendo la soya que jugando contra ellos."


Dicho esto, como Ibra, no encuentro ninguna coherencia en que a la manera que lo hace Pep, se le prohibiera llegar a entrenar en Ferrari mientras el resto de sufridos peones llegaban en, digamos, Audis Q7 patrocinados. Entiendo la intención, es decir, crear un ambiente de igualdad en el que nadie se sintiera más importante que otros (sobre todo porque hipocresía o no, éste y otros métodos, de nuevo, a Pep le han traído resultados bárbaros)... pero ¿A dónde va esa igualdad cuando se trata de administrar la plantilla en el campo? ¿Es Maxwell realmente igual de importante que Messi? Fuck no. La mierda es: el fútbol es competencia, lo cual resulta en divisiones elitistas, la constitución actual del mundo en sí es elitista, no me gusta pero así es.

Digamos que es un día cualquiera de entrenamiento del Barca, Ibra se cuela en el parqueo con su Ferrari en medio de dos camionetas Audi uniformadas, a Andreu Fontás todavía no le regalaron la suya, por lo que viene entrando en un Seat León, último modelo, eso sí. Digamos que comenzara a sentir un fuerte complejo de inferioridad, recelo y cierta envidia de Zlatan, que comenzara a maquinar boicots espontáneos a punto de materializarse en lesiones intencionales durante las chamusquitas, o tiradas de mierda en el vestuario para chingar a Pep por no darle a todos el mismo lugar, y peor aún para cagarse en la administración culé por pagarle a él mensualmente la décima parte de lo que gana el maldito Ibrahimovic (cifra que, de todos modos, serviría para que alguna comunidad latinoamericana rural, por mencionar algo, se alimente durante un par de meses al menos). En el hipotético caso anterior ¿Quién es el que tendría que revisar su fuckin ego? ¿Ibra por llegar en un Ferrari o Fontás por querer cagarse en todos del resentimiento? ¿O ambos?


El experimento comunista de Pep.



Por: Danymandias.