domingo, 10 de abril de 2011

La selección U20 de Guatemala


La selección de Guatemala U20 va al mundial de Colombia a mediados de año, esa información inunda los medios de comunicación después de la “épica” batalla disputada ante los gringos. La selección de Guatemala, la selección de Guatemala…, sigue repitiéndose en mi cabeza sin hacer mucho sentido. La selección de futbol que representa a la nación “guatemalteca” en la categoría U20 accedió, por mérito propio, a la fase final del mundial U20 en Colombia que se disputará a mediados de año; no sé pero es algo que, me parece, no debería ser un motivo de “alegría nacional”, de “orgullo “chapin””, o de importancia trascendental en la historia de este territorio que, como bien dijo Danymandias, llamamos Guatemala.

No es quitar mérito a los jugadores y cuerpo técnico por haber logrado un objetivo grande (que se había resistido a este país siempre), y sobre todo por haberlo logrado en un duelo directo contra la potencia futbolística de la región. Sin embargo, algo en mí me dice, insistentemente, que, a pesar de lo que se pueda pensar (PUTA PRIMERA VEZ EN UN MUNDIAL!), esta clasificación no es un motivo de inigualable celebración, menos de alegría “nacional”, y ni siquiera pensar de un orgullo para el ficticio espíritu “chapin”. Porque lo que se quiere hacer ver como un logro para todas las personas que vivimos en este país, para todos los seres humanos que supuestamente respondemos al gentilicio de guatemaltecos, no es más que una hazaña para los que viven en una burbuja (por sus privilegios económicos) absortos de la realidad lamentable, injusta, polarizada de un país altamente inequitativo en relación a las oportunidades y beneficios que produce, o para aquellos que de verdad, y de buena fe, creen en que los guatemaltecos somos un grupo enorme, una sociedad entera para ser más específicos, de semejantes que compartimos una visión del mundo y de la vida común (en la cual el verdadero deporte rey es la pasión suprema en la vida de cada persona), que se expresa en símbolos “propios”, llamados patrios, y que actúan como referentes identitarios de un ser colectivo, ficticio a mi entender, que llamamos “guatemaltecos”.

Pues, tal vez, lo que sucede es que entiendo que las personas que habitamos este espacio y tiempo rebasamos esa visión de Guatemala (o dicho en otras palabras no encajamos en ese ideal de nación, de patria), ya que lo integramos una enorme diversidad de seres que convivimos, convenimos y, sobre todo, divergimos ya que entendemos el mundo y la vida de formas diferentes. Esa visión de unidad, y sobre todo de homogeneidad, es la que hoy sí se encuentra desbordada de alegría y orgullo por una clasificación a dicho mundial, y con este estado de emoción opaca que en Guatemala la niñez muere de desnutrición, vive sometida a no desarrollar su capacidad intelectual por falta de estudio; las mujeres son relegadas a un segundo plano y violentadas en muchos aspectos; los pueblos originarios mero elemento ornamental para atraer a los turistas altruistas; los trabajadores indispensables costos de producción; y los jóvenes incapaces de decidir por cuenta propia. Esa es la Guatemala que me hace reflexionar, en un espacio primordialmente para el fut, sobre el logro alcanzado por una selección U20, más que sentirme eufórico por ello. Jugando con las palabras que aparecen en una enorme campaña destinada a comprar votos en las próximas elecciones digo: yo no soy patriota, sí amo a Guatemala…porque no formo, ni apoyo, menos comparto una patria violentadora que disfraza la polarización de recursos y opresión en que vivimos.

Por eso es que felicito a los muchachos por alcanzar con mucho esfuerzo y entrega su objetivo de clasificar al mundial, pero hasta allí llego, no paso de eso, porque un acontecimiento deportivo de esa naturaleza no es el cambio exigido para que todo niño y niña en Guatemala coma, estudie, se vista, viva bajo un techo y se recree sanamente. Algo en mí me dice que no es ese el camino para que todos los que hemos coincidido en nacer y crecer en este territorio, por fuerzas o energías tan complejas para ser explicadas, de verdad nos podamos realizar como personas sin importar edad, género, etnia, clase, preferencia sexual y cualquier otra dimensión que nos componga…El futbol es parte de nuestras vidas, pero no es nuestras vidas, y menos pensar que la vida de cada uno de las personas que vivimos en este país…

Por : Neglidín.

1 comentario:

  1. Me encanta su comentario con un enfoque social... jajaja ...... pero si lastimosamente es cierto el futbol en nuetro país ha servido como una pantalla en donde los guatemaltecos olvidan sus frustraciones y se enfocan en ese sueño lejano que es alcanzar una victoria en un mundial.......
    Es un acontecimiento que merece aplausos y felicitaciones; pero parece hasta ridículo que sea un tema que es utilizado hasta en campañas políticas para ganar votos en las elecciones; como si fuera de las prioridades nacionales....

    "Q BIEN NEGLIDÍN" :)

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